La Universidad Trashumante es un aprendizaje diferente que, con la
educación popular como herramienta, lleva sus prácticas por distintos puntos de
la Argentina y pretende la “construcción colectiva de otro país”. Está
conformada por diferentes grupos sociales que desde la educación, la
comunicación, la música y el teatro recorren el país, exponen experiencias
alternativas a la educación formal y buscan consolidar redes de trabajo que
rompan el aislamiento social. “Vamos a los pueblos del interior del país a
aprender junto a sus comunidades, a intercambiar conocimientos con personas
condenadas a la miseria por este sistema. Juntos dejamos el inmovilismo al que
nos quieren condenar, juntos nos ayudamos a seguir caminando”, explicó “Tato”
Iglesias.
Impulsada por la
organización social Sendas para la Educación Popular y con sus primeros pasos
en San Luis, caminaron el país en el Quirquincho: colectivo con el que se
animan a recorrer el país. En la actualidad trabajan en cinco proyectos, donde
desde la última área figura el Circo Criollo, espectáculo multidisciplinario
que trabaja sobre la historia, vinculándola a la realidad actual. Muchas de
estas experiencias están cantadas en el disco “Circo criollo”, de Rally
Barrionuevo, uno de los primeros integrantes de la experiencia. Desde el
proyecto definen a la trashumancia como una actitud frente a la vida, no
quedarse en el pasado, amar con esperanza y pasión el futuro. Trashumar es
buscar caminos diferentes, es construir la propia libertad.
Tato explicó que
la organización se reconoce autónoma de partidos políticos, sindicatos, la
Iglesia y el Estado. “Esto no significa en una primera instancia negarlos, pero
sí construir desde otra lógica y fundamentalmente desde otra ética. Debemos
volver a creernos y a confiar entre nosotros”, explicó.
El campo de lo
popular
“El capitalismo
ha seguido avanzando en sus pretensiones de paradigma único, y esto debería
obligarnos a pensar y a actuar analizando constantemente los contextos. No es
posible que ellos se apropien indebidamente
de nuestros conceptos y prácticas, y por abajo continúen con la
demolición sistemática de compañeras y compañeros y de proyectos libertarios en
relación a los poderosos. Esto ha sucedido siempre, lo que van variando son las
estrategias”, precisó Tato Iglesias
Para Tato “(…) el
capitalismo se reproduce a sí mismo en forma permanente. Hay una línea de
pensamiento que explica por qué no fue casual que en Sudamérica se vivieran
procesos similares y simultáneos en casi todos los países”. Precisó que “en la
década de los cincuenta, existieron gobiernos populistas en todos lados: Perón
acá, Vargas en Brasil, etcétera; en la década de los sesenta, la aparición de
las guerrillas en casi todos los países; en los años setenta, las dictaduras
militares; en los ochenta, el reinicio de la democracia. Con la caída del muro
de Berlín vino todo el discurso del fin de las utopías, de la historia, de los
sueños, y después, desde el 2000, una crisis de la democracia en toda América
del Sur muy fuerte.”
“En los últimos
años, aparecen en la mayoría de nuestros países gobiernos progresistas. En
Argentina concretamente estamos, con un gobierno que ha tomado el folclore
peronista; que nunca fue un movimiento revolucionario sino populista,
transformador de algunas políticas sociales, que en su momento hizo cambios en
la distribución del ingreso y realmente trabajó en escuelas para todos los
niños, en salud pública, viviendas y derechos laborales, pero que no avanzó en
lo de fondo para pensar en una sociedad realmente igualitaria. Entonces este
gobierno actual apela a aquella memoria del Estado de bienestar, en un contexto
totalmente distinto y, lo que es puramente estructural, en lo económico, no lo
toca”, comentó el sociólogo.
Cambiar el mundo
desde la Trashumante
Tato Iglesias se
refirió a la educación pública en cuanto al acceso a la universidad. Dijo que “la
universidad pública sufrió varios embates a lo largo de su vida: la reforma
universitaria del ‘18 puso banderas muy importantes como la autonomía
universitaria, la autarquía financiera, la libertad de cátedra, que poco a poco
fueron desapareciendo”. Precisó que “el primer avance fue la Noche de los
Bastones Largos (1966), en la dictadura de Onganía; después, la dictadura
militar, que devastó no solamente la ciencia, sino también a los científicos; y
en democracia, el golpe más fuerte fue en el gobierno de Menem con la Ley
Federal de Educación y con la Ley de Educación Superior”.
En cuanto a las
acciones que realizan a través de la Universidad Trashumantes con el objetivo
de cambiar el paradigma hegemónico de educación, Tato dijo que “(…) realizamos
tantos talleres de educación popular y de construcción política pedagógica con
la idea de que la gente pudiera acceder a otro tipo de conocimiento,
entendiendo que llevábamos nosotros una universidad distinta, que escuchaba a
la gente, que trataba de ver que problemas tenía. Esto fue generando toda una
organización de educación popular que hoy se llama la “Red Trashumante de
Educación Popular”.”
Recordó que “el
decano de aquel momento, nos metió en extensión universitaria en el año 2000 y
nos dieron 1500 pesos para apoyarnos, y nosotros que nos fuimos de extensión
universitaria en el año 2008 nos seguían pagando los mismos 1.500 pesos del año
2000; pero no nos fuimos por eso sino porque ya no compartíamos en absoluto la
política de extensión, las concepciones y las ideas”.
Tato consideró
que “la extensión se ha llenado de
papeles, para hacer un proyecto uno tiene que llenar un montón de papeles con
objetivos y después hay que hacer diez mil papeles más para decir que es lo que
se hizo y eso está matando de alguna manera la esencia”.
Para el
sociólogo “el nombre de extensión es, como lo que Paulo Freire señala en un libro que se llama
“Extensión o comunicación” donde explicaba esta cuestión como es que la
universidad siempre estuvo atrás de un muro, mirándose a sí misma hacia
adentro, no solo para la pelea política partidaria que es constante y
permanente sino también para ver quién es más inteligente, quién tiene más
títulos, quién derrota a más gente en los concursos, realmente es una pelea muy
difícil de olvidar. Entonces Paulo decía ¿Por qué extensión? ¿Por qué extiende
el que sabe al que no sabe, extiende el que está adentro al que está afuera?,
entonces ya la propia palabra invalida que los sectores populares tienen
saberes”.
Tato explicó que
“si bien hay muchas prácticas de educación popular, no todas lo son en el
sentido en como nosotros lo entendemos: tienen que estar muy claros estos
niveles. La educación popular tiene que poder ofrecer un espacio donde la gente
pueda pensar libre, ver la realidad cómo es, cuáles son las causas de sus
problemas y cómo puede hacer para
cambiarlos”. Precisó que “analizar la realidad es muy importante para saber qué
es lo que pasa, que es lo que está pasando y poder no ser ajeno a ella y desde
ahí ir transformándola”.
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