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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Entrevista con "Tato" Iglesias: "La universidad pública sufrió varios embates"

Roberto “Tato” Iglesias, el sociólogo fundador de la Universidad Trashumante estuvo en La Rioja y brindó una  charla debate en la sala del microcine de la UNLaR, y habló sobre el sentido y la vigencia de la educación popular para transformar el mundo, y analizó desde una mirada crítica e histórica la actualidad política argentina.
 La Universidad Trashumante  es un aprendizaje diferente que, con la educación popular como herramienta, lleva sus prácticas por distintos puntos de la Argentina y pretende la “construcción colectiva de otro país”. Está conformada por diferentes grupos sociales que desde la educación, la comunicación, la música y el teatro recorren el país, exponen experiencias alternativas a la educación formal y buscan consolidar redes de trabajo que rompan el aislamiento social. “Vamos a los pueblos del interior del país a aprender junto a sus comunidades, a intercambiar conocimientos con personas condenadas a la miseria por este sistema. Juntos dejamos el inmovilismo al que nos quieren condenar, juntos nos ayudamos a seguir caminando”, explicó “Tato” Iglesias.
Impulsada por la organización social Sendas para la Educación Popular y con sus primeros pasos en San Luis, caminaron el país en el Quirquincho: colectivo con el que se animan a recorrer el país. En la actualidad trabajan en cinco proyectos, donde desde la última área figura el Circo Criollo, espectáculo multidisciplinario que trabaja sobre la historia, vinculándola a la realidad actual. Muchas de estas experiencias están cantadas en el disco “Circo criollo”, de Rally Barrionuevo, uno de los primeros integrantes de la experiencia. Desde el proyecto definen a la trashumancia como una actitud frente a la vida, no quedarse en el pasado, amar con esperanza y pasión el futuro. Trashumar es buscar caminos diferentes, es construir la propia libertad.
Tato explicó que la organización se reconoce autónoma de partidos políticos, sindicatos, la Iglesia y el Estado. “Esto no significa en una primera instancia negarlos, pero sí construir desde otra lógica y fundamentalmente desde otra ética. Debemos volver a creernos y a confiar entre nosotros”, explicó.
El campo de lo popular
“El capitalismo ha seguido avanzando en sus pretensiones de paradigma único, y esto debería obligarnos a pensar y a actuar analizando constantemente los contextos. No es posible que ellos se apropien indebidamente  de nuestros conceptos y prácticas, y por abajo continúen con la demolición sistemática de compañeras y compañeros y de proyectos libertarios en relación a los poderosos. Esto ha sucedido siempre, lo que van variando son las estrategias”, precisó Tato Iglesias
Para Tato “(…) el capitalismo se reproduce a sí mismo en forma permanente. Hay una línea de pensamiento que explica por qué no fue casual que en Sudamérica se vivieran procesos similares y simultáneos en casi todos los países”. Precisó que “en la década de los cincuenta, existieron gobiernos populistas en todos lados: Perón acá, Vargas en Brasil, etcétera; en la década de los sesenta, la aparición de las guerrillas en casi todos los países; en los años setenta, las dictaduras militares; en los ochenta, el reinicio de la democracia. Con la caída del muro de Berlín vino todo el discurso del fin de las utopías, de la historia, de los sueños, y después, desde el 2000, una crisis de la democracia en toda América del Sur muy fuerte.”
“En los últimos años, aparecen en la mayoría de nuestros países gobiernos progresistas. En Argentina concretamente estamos, con un gobierno que ha tomado el folclore peronista; que nunca fue un movimiento revolucionario sino populista, transformador de algunas políticas sociales, que en su momento hizo cambios en la distribución del ingreso y realmente trabajó en escuelas para todos los niños, en salud pública, viviendas y derechos laborales, pero que no avanzó en lo de fondo para pensar en una sociedad realmente igualitaria. Entonces este gobierno actual apela a aquella memoria del Estado de bienestar, en un contexto totalmente distinto y, lo que es puramente estructural, en lo económico, no lo toca”, comentó el sociólogo.
Cambiar el mundo desde la Trashumante
Tato Iglesias se refirió a la educación pública en cuanto al acceso a la universidad. Dijo que “la universidad pública sufrió varios embates a lo largo de su vida: la reforma universitaria del ‘18 puso banderas muy importantes como la autonomía universitaria, la autarquía financiera, la libertad de cátedra, que poco a poco fueron desapareciendo”. Precisó que “el primer avance fue la Noche de los Bastones Largos (1966), en la dictadura de Onganía; después, la dictadura militar, que devastó no solamente la ciencia, sino también a los científicos; y en democracia, el golpe más fuerte fue en el gobierno de Menem con la Ley Federal de Educación y con la Ley de Educación Superior”.
En cuanto a las acciones que realizan a través de la Universidad Trashumantes con el objetivo de cambiar el paradigma hegemónico de educación, Tato dijo que “(…) realizamos tantos talleres de educación popular y de construcción política pedagógica con la idea de que la gente pudiera acceder a otro tipo de conocimiento, entendiendo que llevábamos nosotros una universidad distinta, que escuchaba a la gente, que trataba de ver que problemas tenía. Esto fue generando toda una organización de educación popular que hoy se llama la “Red Trashumante de Educación Popular”.”
Recordó que “el decano de aquel momento, nos metió en extensión universitaria en el año 2000 y nos dieron 1500 pesos para apoyarnos, y nosotros que nos fuimos de extensión universitaria en el año 2008 nos seguían pagando los mismos 1.500 pesos del año 2000; pero no nos fuimos por eso sino porque ya no compartíamos en absoluto la política de extensión, las concepciones y las ideas”.
Tato consideró que  “la extensión se ha llenado de papeles, para hacer un proyecto uno tiene que llenar un montón de papeles con objetivos y después hay que hacer diez mil papeles más para decir que es lo que se hizo y eso está matando de alguna manera la esencia”.
Para el sociólogo “el nombre de extensión es, como lo que  Paulo Freire señala en un libro que se llama “Extensión o comunicación” donde explicaba esta cuestión como es que la universidad siempre estuvo atrás de un muro, mirándose a sí misma hacia adentro, no solo para la pelea política partidaria que es constante y permanente sino también para ver quién es más inteligente, quién tiene más títulos, quién derrota a más gente en los concursos, realmente es una pelea muy difícil de olvidar. Entonces Paulo decía ¿Por qué extensión? ¿Por qué extiende el que sabe al que no sabe, extiende el que está adentro al que está afuera?, entonces ya la propia palabra invalida que los sectores populares tienen saberes”.
Tato explicó que “si bien hay muchas prácticas de educación popular, no todas lo son en el sentido en como nosotros lo entendemos: tienen que estar muy claros estos niveles. La educación popular tiene que poder ofrecer un espacio donde la gente pueda pensar libre, ver la realidad cómo es, cuáles son las causas de sus problemas  y cómo puede hacer para cambiarlos”. Precisó que “analizar la realidad es muy importante para saber qué es lo que pasa, que es lo que está pasando y poder no ser ajeno a ella y desde ahí ir transformándola”.

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